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Leonardo Félix

Sin recetas, solo siguiendo huellas

22 septiembre, 2019 - 11:00 a 13:00

Almagro Av. Rivadavia 4050
Capital Federal, Argentina
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Una regla básica que podríamos aplicar en este momento es decir: “no toda ayuda buscada viene el formato deseado”. ¿Por qué digo esto?

Leer esta parábola es tener por momentos la sensación que, cuando uno quiere hacer de la Biblia un recetario de cocina donde encontrar los ingredientes justos para salir adelante, los mismos aparecen desordenados, acomodados en un orden arbitrario y dan la sensación que sirven para hacer otra cosa que no sabemos muy bien de qué se trata.

 

Aunque esto les parezca una obviedad, es importante decirlo. La Biblia no funciona como recetario de cocina, tampoco como manual de instrucciones para ver qué hacer cuando los papeles se queman o cuando ya probamos todo lo demás. Lamentablemente para algunos, la vida es más compleja de lo que quisiésemos y por ende, la Palabra de Dios también responde a esta complejidad. Sino, lean nuevamente con atención esta parábola a ver cuántas dudas y planteos les surgen.

 

El texto es una invitación fuerte y contundente a nuestros propios planteos cotidianos: ¿fue correcta finalmente la actitud del mayordomo?, ¿fue astuto o deshonesto[1]?, ¿se puede ser astuto sin ser deshonesto?, ¿qué actitud avala, finalmente, Jesús?

El personaje principal de lo leído es claro: el Mayordomo, la palabra ordenadora de acción, también: Mayordomía.

Curiosamente, para J. Wesley, una de las palabras que más veces repite a lo largo de sus obras para hablar de los cristianos es justamente, la de “mayordomos”, rasgo característico y distintivo de entender la fe y nuestra relación con Dios.

Te invito a que escuches (o leas) con atención el siguiente texto de Don Juan W.: Con respecto al dinero y su uso[2], el mismo Wesley decía: “…en el presente estado de la humanidad, el dinero es un obsequio excelente de Dios para satisfacer los fines más nobles. En las manos de sus hijos, representa comida para el hambriento, agua para el sediento y vestidura para el desnudo. Provee dónde reclinar la cabeza al viajero y al extranjero. Por él podemos ofrecer a una viuda sustento como el de un esposo, o apoyo como de un padre a quien no lo tiene. Podemos ser defensa al oprimido, un medio de salud al enfermo o alivio a quien sufre dolor. El dinero puede ser ojos al ciego o pies al cojo. Si, puede alzar de las puertas de la muerte”.

 

Es cierto; no hay recetas para seguir en la Biblia, pero si hay puntos en donde la acción de Dios no deja lugar a dudas sobre lo que hay que hacer. Mencionemos algunos datos que será importante no olvidar en este camino de fe que hacemos a diario:

 

  1. Dios es el único cuentapropista de la historia. A lo largo de la historia de la Salvación que Dios propone al mundo, es imposible creer que uno es dueño de algo en particular. Eso sí, de la decisión de aceptar o no esta soberanía de Cristo sobre lo creado uno si es dueño. Mi abuelo diría al caso: “después de todo, la mortaja no tiene bolsillos así que, nada te podés llevar”.
  2. Ser mayordomos conscientes. Esto es, tener presente que cada cosa que te toque en suerte tener, es para que la administres, y no para que te la apropies. El apropiarte significa en muchos casos, negar a otros/as la posibilidad de disfrutar los mismos bienes. El evangelio asume como un a priori que las riquezas de este mundo son injustas en su apropiación (ningún sistema que deja con hambre a un tercio de la población mundial puede ser justo, por una cuestión de sentido común) y por ende, estamos llamados a dar testimonio de una economía justa y equitativa que, amén de valorar los esfuerzos personales y logros sociales, no deje en ningún momento de contemplar y ayudar concretamente a los más débiles del tiempo que nos toque vivir. Si lo queremos decir con más énfasis aún sería: “lo menos que podemos hacer es ser justos con lo que el mundo obtiene en muchos casos, injustamente”.
  3.  En la mayordomía todo circula constantemente. Nuestros dones, aquellos regalos que Dios nos ha hecho (por ej. La vida) son para beneficio de los demás, es por eso que la usura y la avaricia son condenadas bíblicamente porque niegan básicamente, que otros aprovechen lo que generosamente ha sido dado por gracia divina. Algo así como aquel que escondía el talento dado por Dios y dejaba de disfrutar el interés de ese talento.
  4. Ser un mayordomo astuto, nunca significa ser deshonesto. La astucia es la capacidad que tenemos de poner nuestra inteligencia y otros dones al servicio del Dios verdadero y no al de las riquezas u otros dioses. Ser mayordomos implica ser fieles al pacto que Dios hace con su pueblo y con cada uno en particular.

 

La buena nueva en boca de Jesús, es un llamado concreto al amor por el otro donde, todo lo que tenés, y cuando decimos todo, decimos exactamente eso, le pertenece a Dios. Como decíamos antes, aprenderás sin recetas, sin manuales, lo que significa servir al Señor de la vida (y no a otros señores) y ser un mayordomo fiel. Eso si, Su Palabra estará presente para mostrarte siempre lo particular de las decisiones que tengas que tomar, lo importante de las mismas para el Señor en Su proyecto y por sobre todo, poder descubrir como otros/as ya han dejado huellas en el camino a través de sus decisiones, huellas que te van a dar orientación y precisión en la vida, huellas que a su vez, tendrás que ver con cuidado por donde las dejas, porque probablemente tus pisadas, sirvan de orientación para otras personas que vengas después de nosotros.

 

[1] Es importante aclarar que, la rebaja del valor sobre la deuda que tenían estas personas con su amo, no corre en prejuicio económico de su amo, sino en el de él mismo, ya que la parte que se obvia cobrar en porcentajes, es lo que corresponde a su ganancia como mayordomo (ver Comentario en Biblia de Jerusalén entre otros, sobre este pasaje).

[2] Sermón 50. El uso del dinero… Wesley, J. – Obras Completas, tomo III. Ed. Wesley´s heritage foundation. Miami 1996

Audio de la prédica

Próximamente

Texto: Lucas 16. 1-13.

Predica: Pastor Leonardo Félix

Iglesia Metodista de Almagro (Buenos Aires).

Predicación Almagro. Domingo 22 de septiembre de 2019.

Orden de culto

Detalles

Date:
22 septiembre, 2019
Hora:
11:00 a 13:00
Categoría del Evento:
Almagro Av. Rivadavia 4050
Capital Federal, Argentina
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Teléfono: (011) 4981-4290
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