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Reunión de oración a distancia
8 octubre, 2020 - 19:00 a 20:00
Organizer
Jueves de oración en nuestros hogares, en tiempos de Pandemias y Cuarentenas
¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Qué estabas haciendo? Te invito a que subas el volumen y te acerques con una taza de té, de café, o un mate, y una Biblia, si tenés una. Ahora vamos a compartir, con muchas otras personas desde sus casas o donde se encuentren, un momento para orar juntos y escuchar la Palabra de Dios para todos nosotros.
Aún en la distancia, damos gracias a Dios por seguir siendo Iglesia, por seguir siendo comunidad, sabiendo que conformamos una gran familia llena de tíos, tías, abuelos, abuelas, sobrinos, sobrinas, hermanos y hermanas… Suena muy trillado, quizá, pero así lo quiere nuestro Creador, que nos amemos unos a otros, lo suficiente como para poder contarnos en confianza aquellas cosas que nos pasan, y confiar en que nuestra familia está presente , nos acompaña, e intercede ante Dios; una familia que nos apoya y ayuda en momentos difíciles, y que también se alegra con nuestras alegrías. De eso se trata un poco lo que hacemos aquí.
Y es por este amor que estamos hoy estamos aquí reunidos, como nos cuentan Ceci, Facu y Fede:
Canción: “Es por su amor”
Gracias al amor de Dios, confiamos en su voluntad y en su sabiduría. El Señor, nuestro padre y madre, Creador, ama a sus hijos e hijas, nos conoce por nuestro nombre, a cada uno de nosotros. El poder de Dios es tan grande que nos cuesta poder entenderlo en su totalidad con nuestro limitado entendimiento humano. En nuestra debilidad, pedimos a Dios que actúe en este mundo frente a tantas dificultades entre sus hijos, y en el hogar que ha creado. Nos conmueven las cosas que pasan, no nos son indiferentes. En este tiempo de pandemia tenemos presente a quienes han despedido a seres queridos, a quienes les falta el trabajo, a las heridas que sufre el medioambiente con los feroces incendios que cubren gran parte de nuestro territorio… Todo esto nos genera dolor, indignación, impotencia, y nos cuesta entenderlo. Y clamamos tal como lo hace el salmista en el Salmo 82, que nos lee Lidia:
Lectura del Salmo 82, por Lidia Suárez
¿Cuántas veces clamamos a Dios y pedimos con voz elevada su intervención? Y así lo hacemos, pedimos al Señor que obre en este mundo, que sea su voluntad. Tengamos un momento en que, allí donde estén, pongan en palabras, en voz alta si es posible, aquellos motivos por los cuales queremos decirle al Señor: Señor, actúa, obra, que sea tu voluntad en esto que ponemos ante vos. Tengamos este momento, pueden poner pausa o también escuchar en canto que nos regala Denise:
Canto: Alzaré mis ojos a los montes.
Qué apropiada esta letra, poder alzar nuestros ojos a los montes. ¿Qué significado tiene esto para quienes habitan en Córdoba, en Chaco, en Brasil, en Bolivia, para quienes alzar sus ojos a los montes significa verlos ardiendo? Señor, ayúdanos a entender tu voluntad, danos valor para poder señalar y condenar toda acción de este mundo que atenta contra la vida. Porque, quienes seguimos tus enseñanzas, tenemos la certeza de que tu socorro se impone sobre todo el firmamento, en nosotros está echar el agua y apagar todo incendio que hemos alimentado en el camino que hay entre nosotros y tu presencia. Que brote agua, agua de vida, como en un manantial, agua que apague la destrucción de esta preciosa casa que has puesto a nuestro cuidado.
Y, como decíamos antes, quienes somos testigos del amor de Dios tenemos la misión de poder comunicar y transmitir a otros la certeza de que la vida ha triunfado, la vida tiene la última palabra por sobre todo fuego y toda muerte. Porque grande son las obras del Señor, como nos lo recuerda Mabel según el Salmo 111.
Lectura del Salmo 111, por Mabel Hadad.
La vida brota como un manantial fresco en quienes descubren que Dios nos ama a todos y a cada uno de nosotros. Pongamos esos motivos de agradecimiento en pensamientos, y pongamos esos pensamientos en palabras, pongamos esas palabras en oración y digámoslas en voz alta, para que otros también crean. Porque, como dice el Salmo 92, es bueno dar gracias al Señor. Lo lee Gaby para nosotros:
Lectura del Salmo 92, por Gabriela Felix.
Hermanos, hermanas, el Señor nos ama, el Señor nos abraza, seca nuestras lágrimas, nos mira, y sonríe con nuestras alegrías. Así revela el Señor ante nosotros. ¿Cómo se va a perder el Señor la posibilidad de abrazarnos, si nos ha enseñado que es un padre misericordioso? Así nos lo recuerda esta hermosa canción de David, con la que nos despedimos por hoy.
Canción: “Qué hermoso es abrazar a un hijo”, por David Godoy.
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