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No solo no es lo mismo, sino que es muy distinto
17 junio, 2018 - 11:00 a 13:00
Organizer
Una famosa canción de Alejandro Sainz (“No es lo mismo”) juega en su letra, interpretación y tonos de voz con frases que en apariencia son similares pero que, en contextos diferentes, con actitudes distintas, cambian diametralmente (por ej. “no es lo mismo basta o va a estar ni es lo mismo, decir, opinar, imponer o mandar las listas negras, las manos blancas… (verás) no es lo mismo no gana el que tiene más ganas … no sé si me explico”)
Del mismo modo, creo que, las parábolas de Jesús en su generalidad, también nos pueden dar a equívocos importantes sobre su uso, aplicación y claro, interpretación posible si no tomamos en cuenta los contextos de nuestra iglesia (dónde está, cuál es su cultura circundante, cómo son nuestros vecinos, a quiénes llegamos realmente desde lo que somos, etc, etc.)
Acá, en estas dos pequeñas parábolas (la del crecimiento de la semilla y la del grano de mostaza), hay elementos simples pero claros que es bueno que no nos confundamos como discípulos/as de Jesús al momento de hablar con otros/as sobre la fe recibida en Gracia.
- No es lo mismo apertura y democratización de nuestras prácticas eclesiales que debilidad y laxitud en las mismas donde todo vale.
- No es lo mismo el grano de mostaza que potencialmente puede ser Reino de Dios, que un Reino chiquito como un grano…
- No es lo mismo un Reino de excluidos y marginales que, excluidos y marginales como parte de un Reino por venir.
En función de esto, consideremos tres pequeñas enseñanzas para nuestra iglesia en estos días.
- Prácticas que nos involucran (4.26-29): creo que es importante aunque parezca obvio, identificar al labrador de este campo como un “colaborador” de Dios en la obra. Más allá del contexto de su tiempo para poder entender que pasaba con el grano enterrado en tierra para que crezca y germine, es fundamental rescatar el valor de misterio que existe en la obra de Dios. El hecho de que el personaje de la parábola vele y duerma durante la noche no habla de una pasividad de su parte, sino más bien de una entrega a lo que no puede resolver internamente (como lo es en este caso el crecimiento de la semilla). Por momentos, daría la sensación que en muchas de nuestras prácticas eclesiales como iglesia, el hecho de sembrar en tantos campos distintos “la Palabra” (desde la escuela dominical para niños hasta los sindicatos, pasando por prácticas ecuménicas con diversas confesiones o de derechos humanos en Argentina y América Latina) da muchas veces la sensación de una debilidad manifiesta para sostener y guardar una interpretación de la Biblia en particular pero no excluyente de otras. Que podamos aceptar prácticas distintas dentro y fuera de la iglesia, así como un pensamiento plural en una sociedad plural como la que vivimos, no implica necesariamente el “dejar de lado” la fuerza del misterio planteado. Sembrar en la imagen bíblica es encontrar oportunidad para hacerlo en los campos que el Señor nos marca y en función de ese misterio inexplicable de Su acción, descansamos y trabajamos al mismo tiempo como iglesia confesante de Cristo que somos.
Cabe preguntarnos entonces, ¿hasta qué punto nuestras prácticas involucran a otros dentro y fuera de la iglesia con un Reino que se avecina como vida nueva y abundante? ¿Hasta qué punto dejamos esto en manos de Jesús, y no a nuestro exclusivo discernimiento de dónde es lícito dar testimonio y donde no? - La potencia del Reino (30-32). Si el Reino de Dios es tan pequeño en su origen como el grano de mostaza, habrá que ser cuidadosos buscadores de estas semillas para no perderlas antes de tiempo.
Hay que vencer conscientemente nuestra tendencia natural a desconsiderar acciones pequeñas o con poca gente para privilegiar solamente los grandes acontecimientos como si estos diesen cuenta exclusivamente de las señales que marcan el rumbo de lo que está por venir. En un reino cuyo potencial queda signado por los ciegos que ven, las mujeres rescatadas del olvido o los niños como prioridad, es importante entender que, como decía un autor norteamericano contemporáneo: “nada pasa a no ser que primer exista un sueño”. No importa el tamaño de lo que luego sucede (esto también es un misterio para nosotros) pero es fundamental la semilla por más pequeña que nos parezca. O en todo caso el sueño (sin importar la fugacidad de los mismos).
Invitar a la gente a creer en su potencial no es parte de una estrategia más de mercado (por más que los cursos de marketing usen esto como eslogan todo el tiempo); es inherente a la esencia misma del Reino poder reconocer en cada vida creada, la fuerza que transforma la realidad presente.
Es lógico preguntarnos entonces, ¿hacia dónde apunta sus estrategias la iglesia de la cual somos parte? ¿A quiénes prioriza de modo inmediato? - La locura, algo más que una enfermedad (33-34 y 2º Cor.5.13 y 17). Es importante entender este proceso pedagógico que la parábola encierra en sí misma. A los discípulos, a aquellos que han aceptado el riesgo profundo del seguimiento hay una explicación mayor que se les da. Con más certezas, sin tantos rodeos o misterios involucrados, ¿por qué? Por el mero hecho que ellos ya viven ese misterio en el día a día de la mano de Jesús y en ese momento, se les exige mayor involucramiento, mayores acciones. Para los demás, curiosos, paseantes o terceros que escuchaban la palabra dada, hacía falta y hace falta dar ese primer paso, el de descubrir si esa oferta es en sus vida, una realidad transformadora en sí. Si es que este Reino en donde una realidad pobre, oscura, conformada por personas de toda categoría, entre los que sobresalen los marginados, los enfermos, los simples, los ignorantes son el proceso por el cual Dios irrumpe con fuerza en la historia y transforma esa realidad en otra distinta, grande y conmovedora. (ver 1º Cor.1.26-31)
Por último, es lícito también preguntarnos, ¿de qué modo nuestra iglesia, es luz para aquellos que andaban en tinieblas, alimento para los que aún lo buscan, trabajo para los que todavía no lo encuentran agua para el sediento? ¿De qué modos, nuestras prácticas como iglesia son una vedad reveladora del Reino que está por venir?
Que en todo caso, sea la vida del que siembra confiado y entregado en manos de Dios, una vida que simbolice nuestro diario vivir. Más cerca del misterio que de los fundamentalismos, más cerca del amor encarnado que del miedo institucionalizado a lo que es distinto. Amén.
Audio de la prédica
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Texto: Marcos 4:26-34 y 2º Cor. 5.13-17
Predica: Pastor Leonardo Daniel Félix
Iglesia Metodista de Almagro (Buenos Aires).
Domingo 17 de junio de 2018
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