
- Este evento ha pasado.
Más allá de lo que imaginás
12 febrero, 2017 - 11:00 a 13:00
Organizer
En nuestra vida, un dato elemental que podemos notar es que, a medida que los años van pasando y vamos sumando experiencias, también las mismas, y nuestra mirada sobre lo que pasa se vuelve más y más compleja.
No todo lo que antes nos parecía blanco o negro permanecerá en los mismos tonos a lo largo del tiempo. Desde ya que esto no es nada nuevo y es una verdad de Perogrullo por así decirlo.
Lo cierto es que la complejidad que adquieren las situaciones en nuestra vida, también ameritan resoluciones igualmente complejas y arduas. Los “sistémicos” norteamericanos1 dicen también algo que parece obvio: “suponer que situaciones complejas requieren respuestas sencillas es un grave error”. Es en verdad obvio aunque por momentos actuemos desde el otro lado de esta perspectiva. Más de una vez nos decimos frente a temas que no logramos dilucidar por su complicación y extensión que, “la solución debe ser más simple de lo que creo” pero, lamentablemente, esta solución lleva tiempo y trabajo.
En todo caso, nuestra respuesta más simplificada frente a muchas situaciones que nos toca vivir ¿cuál es?: “el sentido común nos los indica así…” Casi como una ley, casi como una norma, el sentido común de la sociedad en la que vivimos parece ordenar mayormente lo que nos pasa y darle explicación a todo a nuestro alrededor. Pero también con esto, deberemos tener mucho cuidado de no expresar situaciones que no correspondan con lo que Jesús demanda desde el Evangelio (Buena Nueva) para nuestra vida. Recordemos que, al decir de un filósofo contemporáneo: “el sentido común es acrítico con su medio”
Yendo al texto de este domingo, acabamos de leer el inicio y el cierre de un largo discurso que, si tuviésemos que llamarlo de algún modo serían las antítesis (o temas contrarios) a las bienaventuranzas expresadas antes del versículo 21.
Poder entender las bienaventuranzas desde las palabras del mismo Jesús, es poder comprendernos desde un nuevo lugar frente a lo aprendido, a lo que hemos sido enseñados en la vida. Es buscar siempre, “algo más allá de…”.
Y la fe, nuestra fe cotidiana con más o menos pasos dados es entre otras cosas, esto también: una búsqueda más allá del sinsentido que vivimos a diario. Más allá del egoísmo al cual nos sometemos y más allá de nuestros propios rencores y temas que, en apariencia no pueden ser resueltos.
Desde este marco, las antítesis que Mateo planteo en las palabras de Jesús son un más allá de la educación religiosa de su tiempo y de la enseñanza rabínica habitual. Son elementos de comprensión pero también de práctica para las comunidades cristianas de aquel entonces y de ahora también.
Por una justicia más allá de nuestra comprensión (20-22):
Uno tiene que poder entender que en este caso en particular, Jesús no reacciona en contra de la ley de Moisés de no matar. Este es un delito aberrante para cualquier ser humano en cualquier época. Lo que sí debe quedar claro también es que el punto de crítica del texto es la manera en que los tribunales ordinarios ejercen justicia (en este caso escribas y fariseos). Porque aún las muertes más atroces se tiñen de buenos argumentos cuando tratan de ser justificadas por tal o cual planteo ideológico, político y cultural (“hay muertes justificadas” dijo hace muchos años atrás un político conocido). Desde ya, el sanedrín también lo argumenta al momento de justificar su intención de matar a Jesús.
Uno debe poder estar más allá de los planteos y entender que el valor supremo del Reino de Dios que ya está pero que al mismo tiempo está por venir, queda de manifiesto en la vida de todo ser humano que por el mero hecho de respirar, tiene derecho a existir.
Por una fe más allá de la religiosidad habitual (23-24):
La fe exige y demanda coherencia todo el tiempo. Acá tampoco el argumento del sentido común funciona (“ah, pero no importa yo ya fui a la iglesia y cumplí”). Es necesario que nuestra fe de todos los días nos plantee puntos de encuentro permanentes con aquellos que Dios pone en nuestro camino. El cumplimiento de la vida cultual de todos los domingos (llegar temprano a la iglesia, comulgar, cantar y escuchar la predicación) no te puede eximir del día a día o de las reconciliaciones con tus hermanos y hermanas. Ambos cosas se conectan necesariamente para que todo tenga sentido en tu vida.
El Reino de Dios es una apuesta total que Dios hace para nuestra vida en donde todas las bienaventuranzas así como sus antítesis expresadas, son para vos.
Por una reconciliación más allá de nuestro rencor (25-26):
Una clave fundamental para experimentar la cercanía del Reino en tu vida y en tu comunidad, es llevar adelante los espacios de reconciliación necesarios para seguir caminando con el otro. Tus problemas con otros seguramente tienen un tiempo de maduración, de reflexión y cuestionamiento pero, tarde o temprano, es fundamental entender que la reconciliación de partes, depende de vos cuando estás involucrado directamente. Eso es algo que nadie puede hacer en tu lugar.
El Reino de Dios en este caso también, es algo que necesita que seas parte activa poniendo el cuerpo y lo que más te cuesta para alcanzarlo.
La fe, como decíamos al principio, es una apuesta más allá de lo que creemos que llegan nuestras fuerzas, nuestro entendimiento y nuestras ganas…. Querer ser parte de lo que Dios propone en Jesús es también querer abrazar proyectos que de Él dependen. Por esto mismo a veces nos parece tan complejo, tan difícil, y siempre la alternativa más fácil parecerá usar el sentido común y hacer lo que todos hacen.
Que en este día, puedas avizorar lo complejo de los días por venir que tenés, no como una traba o un drama sin solución. Simplemente que lo puedas vivir desde la compañía de un Señor que, más que hacer lo que hace todo el mundo, te mando a que seas “perfecto” como nuestro Padre que está en los cielos también lo es. Amén.
—
1 Se trata de una corriente que analiza las interacciones en su contexto, que centra su mirada en el sistema y en las posiciones que los individuos ocupan en él. Los terapeutas a partir de los 50 empiezan a pensar la familia como sistema: una red de vínculos que tiende a la búsqueda de un equilibrio dinámico. Los comportamientos de los individuos cumplen la función de equilibrar o desequilibrar ese sistema; a su vez, sólo son comprensibles dentro de él.
Predicación Central de Buenos Aires. Domingo 12 de febrero de 2017.
6º de epifanía.
Texto: Mateo 5.20-26. 47-48
Predica: Pastor Leonardo D Félix
Deje su comentario