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Hacia una ética radicalmente distinta
30 junio, 2019 - 11:00 a 13:00
Organizer
Es bueno, siguiendo la lectura del evangelio, poder distinguir en el sentido planteado la diferencia entre, tener un “ayo” o moverse dentro de un corral. Digo esto en función de una pregunta básica para todo creyente del saber para qué le fue otorgada esa libertad en Cristo que lo libera de la ley como fruto impuesto por el pecado humano (cf. Gal.3.21-26).
Ahora bien, en una primer mirada sobre la carta de Gálatas en estos versículos daría la sensación que el para qué de la libertad, ya está resuelto (Cf. Gálatas 5.14-15). En realidad, la mirada de la carta va un poco más allá del para qué (que está explícitamente dado) y avanza sobre las consecuencias de ese nuevo paradigma que es la fe, y por ende, la libertad que la misma provee al ser humano.
Creo que es importante poder conjugar las dos lecturas que hoy nos ofrecen los leccionarios ecuménicos (Gálatas y Lucas) desde este elemento que se hace presente con fuerza a partir de la libertad del Evangelio, esto es, la ética del comportamiento cotidiano a la que nos mueve dicha libertad. Dos elementos básicos entonces, que Pablo va a privilegiar en esta porción de la carta que acabamos de leer serán:
La ley sin gracia, termina matando (Gal. 5. vers.13-15). Las actitudes que se generan a partir de un amor comprometido con vos mismo en primer lugar, y con los demás, no pueden ser impuestas, decretadas u obligadas. Hay para los lectores del apóstol, un cambio ético radical propuesto. No son las relaciones nacionales (parte de un mismo pueblo), o geográficas (nacidos en tal o cual parte), o étnica (judíos o no) las que determinan por mandato qué se ama y qué no, sino una gracia sustentadora que tiende a ver en todo ser humano, la obra redentora de Dios. Parece hasta una obviedad hacer estas afirmaciones pero justamente, es por esta razón (por lo obvio) que hay que volver a decirlas y plantearlas.
La libertad más que una condición, es una vocación (llamado) (Veamos Gal. 5 vers. 1 y 25). Se vuelve una vez más a la insinuación bíblica de un Dios que quiere pactar con su pueblo. De tal modo que, así como Cristo da su vida en la cruz por nuestra libertad lo menos a lo cual esto nos obliga es, justamente, a vivir en libertad. No de cualquier modo, no creyendo que todo vale en esa libertad (de ahí surgen la lista de advertencias y sentencias sobre el mal uso de la libertad concedida – vers.19-21), sino desde el servicio los unos con los otros. Servicio que se sustenta en el amor de Cristo.
Por esto mismo Pablo aclara que el Espíritu de Dios también demanda coherencia. Si en ese espíritu vivimos (el de libertad, servicio y amor), andemos en ese mismo espíritu. De este razonamiento es que podemos afirmar que no es lo mismo el “amor al prójimo” como fruto del Espíritu que como fruto de la ley.
Así Lucas entonces, teniendo como trasfondo la ética de la libertad del cristiano/a que recién dijimos, ofrece a sus lectores, la ética que demanda el seguimiento a Cristo. Porque justamente, no es posible un seguimiento a Cristo sin la libertad de poder elegir ese seguimiento y sin obviar la responsabilidad que el mismo acarrea.
Te propongo entonces, pensar tu vida desde tres lugares distintos a los habituales donde nos movemos y donde, es Jesús, el que nos desafía a entrar:
- Desde el sustento económico (Lucas 9.57-58): en una ética radicalmente distinta a lo que el mundo imagina, ¿cómo sería o es tu vida sin pensar en que ser dueño de tu propia vivienda sea un objetivo primario?
Cómo leer estas palabras sin desechar por completo aquellas cosas que hacen posible una vida confortable y merecida como trabajador, pero al mismo tiempo, no caer en la soledad y angustia que significa no llegar al estándar del “mercado de consumo” (en mensajes como por ej. “tenga su casa, ya…”)
Jesús es un referente primordial cuando se trata de ordenar tus prioridades.
- Desde la Vida y su importancia (Lucas 9.59-60): no olvidemos la metáfora propuesta por este texto también. No se trata acá de una respuesta deshumanizada de Jesús al que quiere enterrar a sus muertos, sino más bien del símbolo que muchas veces mueven nuestras conductas cotidianas. Conductas que en muchos casos, acompañan procesos ya muertos y sin sentido. Procesos en donde, lo que nos mantiene atados son nuestras “lealtades” a lo que debimos hacer o debemos seguir haciendo.
Cómo leer estas palabras sin caer en el abandono completo de los mandatos recibidos (por nuestros padres, maestros y sociedad) pero al mismo tiempo, saber que sólo Jesús da vida abundante y por ende, esos mismos mandatos, esa misma historia tuya, debe poder ser transformada por el Evangelio para que tengas una nueva mirada hacia delante.
- Desde la familia y sus obligaciones (Lucas 9.61-62): ni aún las mejores excusas propuestas (como por ejemplo, “con mi familia estoy bien, la verdad que estoy cómodo, no voy a tal o cual cosa porque con mi familia ese día siempre hacemos esto o lo otro…” etc) son válidas frente al cambio que Jesús te propone. La disyuntiva no es entre Él y tu familia, sino justamente, en poder vivir los vínculos ya adquiridos desde una nueva perspectiva. Desde la perspectiva del seguimiento que, al mismo tiempo, desafía a lo que no saben de qué se trata. ¿Cómo los desafía? A partir de tu propio testimonio y coherencia claro está…
Finalmente, quizás podríamos decir que nuestra tentación ética sería eliminar todo lo distinto a nuestra vida (“Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo… y los consuma?”) como si tal negación eliminase los conflictos posibles. El evangelio no elimina tus conflictos cotidianos ni los esconde, tampoco lo hace con tus faltas y tus incoherencias.
Una vida en libertad se vive responsablemente, amorosamente, con fuerza y convicción. Desde ese lugar, Jesús te propone un nuevo marco, un nuevo “ethos” donde moverte, ciertamente más grande que tus temores y las cosas que no querés o no podés soltar. Oramos para que el Señor nos muestre a qué seguir aferrados y que cosas, simplemente, dejar que él las lleve y las cargue. Amén.
Audio de la prédica
Texto: Gálatas 5.1.13-25 y Lucas 9.51-62
Predica: Pastor Leonardo Félix
Iglesia Metodista de Almagro (Buenos Aires).
Predicación Almagro. Buenos Aires. Domingo 30 de junio de 2019. 3º de Pentecostés.
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