
- Este evento ha pasado.
Evento Navigation
Estrechando vínculos, reduciendo abismos
25 septiembre, 2016 - 11:00 a 13:00
Organizer
Predicación Central de Buenos Aires. Domingo 25 de septiembre de 2016.
19º de Pentecostés.
Texto: Lucas 16.19-31
Distinguir causas de efectos, fiebres de enfermedades en sí, o como diría mi abuela: “gordura de hinchazón” son las formas que encontramos para hablar de nosotros mismos coloquialmente y de nuestra percepción de lo que pasa alrededor y la autocrítica y evaluación que hacemos de los acontecimientos que nos involucran todo el tiempo.
Esta pequeña obra casi de “teatro” en el mejor de los sentidos (por sus actores, interpretaciones y acciones), como lo es la parábola de Lázaro y el rico con Abraham, es un dato que quizás hemos visto infinidad de veces, muchas veces leído, y seguramente enseñado a los chicos en la escuela dominical.
Pero, a pesar de la reticencia que el “mismo texto” nos produce, debemos recordar que nuestra posibilidad de interpretación nunca es la misma. Porque de hecho nunca sos la misma persona al acercarte el texto (porque la edad cambia, porque mis proyectos también lo hacen, porque mi situación social, económica y cultural, también, necesariamente, cambia con el tiempo). Aunque parezca una obviedad es bueno recordarlo para sacarnos el prejuicio de: “nada nuevo voy a encontrar leyendo este texto…”
Primera parte de la obra entonces, o bien, del cómo todo nos parece normal, ¿o qué problema hay? (19-22): poder entender la crítica que hace Jesús a través de esta parábola (con clara intención pedagógica) es, necesariamente conocer, o tratar de conocer e imaginar el contexto del rico y del pobre.
Esto es, así como hoy por hoy, los niños durmiendo en la calle son tomados con naturalidad e indiferencia por la mayoría de los habitantes de las grandes ciudades; o bien así como la esclavitud en las Antillas del Siglo XVII y la tortura de negros era un orden naturalmente establecido, del mismo modo, para el rico del tiempo de Jesús este orden y estado de cosas era, efectivamente, lo que “tenía que ser y no podía ser de otro modo”.
El primer conflicto de la sociedad con la Buena Nueva predicada por Cristo nace justamente, de planteos fuertemente críticos a los órdenes sociales establecidos, pero también económicos, jurídicos, culturales y aún en tu propia familia.
De este conflicto inherente a la fuerza de la llegada del Reino en medio del Pueblo de Dios, las iglesias cristianas nos hemos hecho cargo en la historia, como pudimos, como supimos o, en el peor de los casos, como quisimos para nuestra propia comodidad.
El rico (sin nombre propio en la historia) no ve en la vida de Lázaro (el pobre si tiene su nombre ubicado en la historia)1 nada que lo inquiete, nada que le preocupe realmente. Un primer llamado de atención importante para las comunidades que compartían el evangelio de Lucas y que, necesariamente, convivían ya con el problema de aquellos que, más allá de sus propias realidades no podían ver o simplemente ignoraban lo que al otro le sucedía.
¿En qué cosas concretamente el evangelio de Jesús, cambió la mirada, la actitud y la práctica de esta iglesia en particular?
¿Cuáles son las cosas que sospechamos, nos negamos a ver muchas veces?
2º parte, o del demasiado tarde para seguir haciendo lo mismo (23-31).
Y de aquí tres enseñanzas básicas para seguir pensando en estos días:
- La comunidad estrecha lazos, achica distancias (23-26): la enseñanza de Lucas a sus comunidades con esta palabra de Jesús debe ser clara. Hay profundos abismos que no dependen tanto de las injusticias de nuestro tiempo y de la gente mal intencionada que las lleve adelante, sino justamente, del silencio de los “justos”. Silencios que justifican acciones mezquinas y violentas desde lugares tales como: “¿Y nosotros, qué podemos hacer?”, o bien, “me parece que no nos corresponde actuar”. Siempre hay algo que debemos y podemos hacer por otros. ¿Qué tendrías que hacer esta semana por aquellos que te rodean?
- La iglesia tiene todas las herramientas a su alcance, solo basta hacer (27-29). Suponemos muchas veces que, con la Biblia solamente, no basta. Mayormente hacemos depender nuestras acciones futuras y presentes, de la capacitación que vendrá, de los líderes o pastores que realmente saben cómo se hacen las cosas y nos relegamos a un segundo puesto de acción. Mejor que otros vayan, que otros hagan y digan a mi familia, a mis amigos, a mis conocidos, etc., etc. En este sentido, El Dios de la salvación que conocemos a lo largo de la historia, solo reconoce actores y actrices principales. Todos debemos actuar al decir de Pablo, a tiempo y fuera de tiempo. Probablemente siempre habrá gente que lo haga mejor que uno pero, el Señor confía la responsabilidad de su Palabra a TODOS sus hijos e hijas. ¿Podés discernir qué tarea en particular te pide Dios que hagas en este tiempo?
- La Iglesia tiene un AHORA que cumplir (30-31): Evidentemente, era imposible por una lógica deductiva suponer que, aquellos que habían sido ignorados en vida (cuando todavía sus necesidades podían ser atendidas y rescatadas), ahora, iban a ser escuchados muertos. La comunidad cristiana debe poder vivir su fe sabiendo también que hay necesidades que apremian e imperativos que debemos subsanar. Así como no da lo mismo decirle al que pasa hambre hoy, “venga mañana a ver qué le puedo dar”, del mismo modo, tampoco podemos suponer que el día de mañana abrazaremos causas y amores, que hoy no estamos dispuestos a reconocer o hacer el más mínimo esfuerzo por ellos. ¿Qué tendrías que hacer hoy mismo como comunidad, que no puede ni debe esperar al mañana o al “primero debemos capacitarnos para saber qué hacer”?
Que el Señor nos ilumine en la búsqueda de nuevas y mejores acciones con aquellos que más nos necesitan. Amén.
P. Leonardo D. Félix
Buenos Aires, septiembre de 2016.
1 Lázaro (en Hebr) significa “Al que Dios salva”. Y es importante notar que el sólo hecho de poseer nombre, lo convierte en sujeto de la historia participante del plan de Salvación que Dios propone y por ende, actor principal de lo que va pasando.
Deje su comentario