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15 noviembre, 2020 - 11:00 a 13:00
Organizer
Bienvenida
Buenos días, hermanas y hermanos, bienvenidos un domingo más a nuestra versión on-line de los cultos de la Iglesia Evangélica Metodista de Almagro. ¡Qué lindo que es poder volver a encontrarnos y compartir!
Una linda manera de empezar el día es dando gracias, y quería aprovechar este momento para que reflexionemos juntos qué cosas sucedieron esta semana, este mes, e incluso año tan desafiante, por las cuales quisieras dar las gracias. Hoy podemos dar gracias por un día más de vida, por el sol que sale todas las mañanas, porque los días ya son más largos y podemos disfrutar un poco más de la luz del sol. Por todas estas cosas y las que cada uno pensó te damos gracias, Señor, porque en nuestras vidas brilla tu gloria.
Cantemos y alabemos a nuestro Señor, acompañados por Esteban.
Canto: “El Cielo canta alegría”
Letra y Música: Pablo Sosa (Argentina, 1934-2019). Interpretado por Esteban Balekjian
Sigamos adorando
Sigamos adorando a Dios mediante el canto, con Mica que nos comparte la canción “Entra en la Presencia”.
Canto tradicional, autor/a desconocido/a. Interpretado por Micaela Tumini.
La Palabra
Leemos el Evangelio para esta mañana, lo encontramos en Mateo 25:14-30.
Oramos por el pastor Leonardo Felix, que compartirá el mensaje esta mañana con nosotros.
Oración de Iluminación: Señor Dios, gracias porque en este momento elegimos escucharte, separar un ratito de nuestros días para tu palabra. Bendícenos y acompáñanos. En el nombre de Jesús, amén.
Mensaje
Mensaje: “Cada día, todos los días, el Señor cerquita nuestro” por el Pastor Leonardo Félix.
“Portate bien que, si no, Dios te va a castigar…”. Nunca escuche tantas veces una frase como esta. Dicha por familiares, amigos, desconocidos por completo. Hay cosas que uno en la vida no puede entender, una de esas es este concepto del Dios castigador. Uno puede preguntarse con derecho: ¿Tan mal ha hecho las cosas la iglesia cristiana en el mundo que la única imagen del Dios que adoramos es esta?
Las palabras del apóstol Pablo a los Tesalonicenses son claras: “…Dios no nos destinó a recibir castigo”. ¿De dónde sacamos entonces, esta idea tan aberrante? Nuestras prácticas, y esta sería una posible conclusión, prácticas tanto personales, como pastorales y comunitarias muchas veces son, una pequeña muestra del trabajo que tendríamos que haber hecho y nunca hicimos. Si realmente es la culpa lo que nos mueve a aceptar el glorioso Evangelio de amor de Jesucristo, quiere decir que no hemos entendido nada.
El domingo pasado veíamos la parábola – magistralmente relatada por mi hermano Juan D. en su mensaje -donde había gente insensata que no tomó los recaudos necesarios para esperar la venida del Señor. Este domingo el tema es parecido, pero se profundiza la parábola anterior: esconder y enterrar los talentos dados por Cristo, no solamente es no haber entendido el mensaje recibido, es enterrar definitivamente, la mejor parte de nuestra vida: la parte consagrada al servicio, a la disposición en el trabajo por otros, a la proclamación de la Palabra dada por Dios al mundo.
Nosotros podríamos hacer nuestra propia parábola al respecto. Quizás la parábola que ejemplificase la falta de disposición a lo que Dios nos ha dado.
“Cierto día, Mariana y José, jóvenes y primerizos papás se enteran de que van a tener un hijo. Ilusionados por la noticia preparan sus vidas y su casa para recibirlo. Se imaginan como todo papá y mamá, una vida hermosa para él o ella. Estudios, títulos profesionales, hijos y una vida exitosa. ¿Quién acaso no desearía esto para sus hijos? A los meses del embarazo, se enteran de que el bebé esperado tiene problemas, posiblemente con síndrome de Down y ceguera de nacimiento…de pronto los sueños de José y Mariana se caen al piso y todos sus proyectos se terminan.
Como hubiesen deseado en ese momento esconder el embarazo, hacer de cuenta que nada pasaba y que nadie más vendría a ocupar “la casa.”. Y podríamos continuar esta parábola, imaginarnos cosas sobre ellos, ¿qué hicieron y cómo resolvieron este dilema? En la resolución de lo que la vida nos da, se muestra claramente nuestra obediencia a la voluntad del Señor. No todas las cosas que nos pasan son deseadas, no todo es grato y sorprendente en la vida, un claro ejemplo es esta #pandemia que a algunas personas agarró más vulnerables que a otras, evidentemente, y otras sencillamente y con profundo dolor, perdieron sus vidas por el #coronavirus. Algunas cosas son terribles en su aceptación. Otras son dolorosas, otras simplemente inexplicables.
Así y todo, en todo lo que nos pasa, Dios está presente en nuestra vida. Esta es la prueba más difícil de aceptar para nosotros y nosotras. Sin importar lo que pase, debo comprender que Cristo es fiel a su promesa: “yo estaré con ustedes, todos los días, hasta el fin de los tiempos” (Mt. 28.20).
Quizás para este siervo, no fuese fácil aceptar la comisión del talento entregado. Quizás, le pareció que aún ese solo talento, era más de lo que estaba dispuesto a hacer y multiplicar; sin fijarse, en definitiva, en que Dios había dado a cada uno de acuerdo a lo que podía hacer y multiplicar.
Curiosamente, para el lenguaje del Evangelio, la palabra Interés (en gr. Tókos), niño (en gr. Téknon y engendrar, dar a luz (en gr. Tíktos) tienen la misma raíz.
La conclusión es clara y evidente en la parábola: quien no está dispuesto a dar intereses sobre su propia vida y las vidas encomendadas, no puede entender el beneficio de dicho interés. No puede o no quiere aceptar el valor de Vida que tiene el Evangelio para aquellos que lo aceptan y quieren seguirlo. No se trata de ser prudentes solamente, como las vírgenes de la parábola anterior, hay que ser dispuestos y dispuestas en obediencia y fe, a multiplicar el interés del Evangelio y su beneficio.
Las vidas cambian maravillosamente, cuando conocen a Cristo. No solo cambiamos el interés movilizador de nuestra existencia, sino que también, estamos dispuestos a multiplicarlo. Que el Señor nos ayude en nuestra obediencia diaria. Dios no solamente no castiga, sino que nos trae una vida abundante, plena y mejor para todos los que estén dispuestos a confiar en su nombre y promesas: “yo estaré con ustedes, cada día, hasta el fin de los tiempos”. Amén.
Oramos unos por otros
Te damos gracias, Señor por el mensaje de esta mañana. Quisiera continuar con un momento de intercesión, pensemos en todas aquellas situaciones de necesidad, de injusticia, todos aquellos lugares y situaciones en donde la paz y el amor de Dios se necesitan.
Cantemos, junto con Adriana, la canción “Kyrie Eleyson”.
Letra y música: Rodolfo Gaedo Neto. Trad: Juan Gattinoni. Intérpreta: Adriana Quiroz.
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Quiero recordarte que en la página web de la Iglesia, que es www.almagroconjesus.org, podés encontrar información acerca de las actividades que se están haciendo así como información sobre cómo ofrendar, ya que hay distintas formas y medios para hacerlo, y ayuda a sostener a nuestra Iglesia.
Envío y bendición
Ahora sí, antes de despedirnos quiero compartir con ustedes una bendición que se titula “Bendición en los trabajos”, por el Pastor Jorge Daniel Zijlstra, de la Red Crearte. Dice:
“Que el Señor nos bendiga con un día de trabajos fructíferos,
diálogos edificantes y celebración de los consensos y las diferencias que nos nutren.
Que el Señor nos bendiga con la sabiduría y los talentos de todas y todos,
puestos al servicio del Reino y para edificación mutua.
Que el Señor sea en medio nuestro, que podamos verle en el rostro del otro y de la otra.
Que sea Dios en nosotros y nosotras,
con nosotras y nosotros y por medio de todos nosotros y nosotras. Aleluya. Amén.”
Nos despedimos cantando, hasta la próxima, con Celi.
Canto: “Heme aquí”
Letra y música: Marcos Witt. Interpreta: Ma. Celina Ferreira
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