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Comunidades de fe que sostienen la vida
19 julio, 2020 - 11:00 a 13:00
Organizer
Bienvenida e invocación
Buenos días, hermanos y hermanas. Soy Nora y les doy la bienvenida al culto del séptimo domingo de Pentecostés de la Iglesia Evangélica Metodista de Almagro. Invocamos la presencia de nuestro Dios en la voz de nuestra hermana Shirley.
Alabamos juntos
Cantamos “Este pueblo que has formado”, junto a Adrian Quiroz.
Lectura de Mateo 13:24-30
Te recuerdo que durante este culto celebraremos la Santa Cena. Así que, si aun no lo hiciste, te invito que tengas a mano un trozo de pan y una copita de jugo o vino para cuando el pastor consagre los elementos y así luego podamos compartirlos juntos. Y ahora, nos preparamos para escuchar la Palabra.
La carta a los Romanos, capítulo 8, versículos 14 a 25 leídos por Anita y luego Lucila nos leerá en el Evangelio de Mateo, capítulo 13, los versículos 24 al 30.
Mensaje
Señor, te damos gracias por el mensaje que inspiraste a nuestro pastor Leonardo y ahora te pedimos que abras nuestros oídos y nuestros corazones para poder percibirlo en toda su magnitud.
“Comunidades de fe que sostienen, en amor y comunión, la vida”, por el pastor Leonardo Félix.
Por momentos en tiempos de pandemia y fuera de la misma, es bueno aseverar que, si bien no toda la gente es buena y reacciona solidariamente a la vida de los demás, tampoco no toda la gente es mala y hace de cuenta que el resto del mundo no existe. Hay matices que debemos tener en cuenta en donde, la gente no es completamente mala ni completamente buena.
De todos modos, en un tiempo donde todo comentario que se hace parece una verdad y se sostiene como tal, es bueno recordar las palabras del filósofo J.L. Cocteau: “Un vaso medio vacío de vino es también uno medio lleno, pero una mentira a medias, de ningún modo es una media verdad”
Dicho de este modo, pareciera ser una buena excusa para teñir de gris todas nuestras acciones o bien, tener una ética que se termine acomodando a lo que más le conviene, pero lo cierto es que como decía Martín Lutero: “justo y pecador hasta el día de mi muerte”; y nosotros no somos la excepción a esta regla del sentido común en la fe. La comunidad de fe sirve justamente, para corroborar estos datos.
La parábola y la alegoría, así como el texto de Romanos, hablan de cierta manera, de esta forma de ser que también podríamos definir como un: a favor o bien en contra.
Uno se preguntará a favor o en contra de qué o de quiénes. Bien, de esto se trata la vida, descubrir cuándo, dónde y con quién tomamos partido. Fíjense como queda armada la parábola en Mateo y verán parte de este razonamiento de posturas encontradas. Por ej.
- Propietario del campo vs. su adversario.
- Tiempo presenta en siembra vs. El tiempo futuro en la cosecha
- Granero donde juntar trigo vs. El fuego donde consumir el resto.
- Impaciencia de los servidores vs. La paciencia del dueño.
La gran limitación de esta parábola y su consecuente alegoría es casi obvia, pero es bueno decirlo. El trigo y la cizaña no pueden dejar de ser lo que son, pero los hijos del maligno pueden dejar de serlo, así como los hijos de Dios pueden dejar de serlo por voluntad y elección.
Pablo toma parte de esta argumentación y lo confronta desde otro lugar, desde el lugar de la familia, desde una familia adoptada por el Padre para beneficio y “responsabilidad de todos sus integrantes”.
En tiempos del imperio romano, la adopción era un mecanismo de índole socioeconómico. Se adoptaban aquellos niños que pudiesen ser en el futuro, buenas inversiones de trabajo para sus “amos” más que padres. ¿Cuál era la diferencia a la práctica con la esclavitud? Ninguna en realidad, ya que los adoptados en el sistema jurídico romano tampoco gozaban de ningún beneficio.
Pablo también opone valores y este capítulo ocho es el cierre y el punto de inflexión de una carta profundamente pastoral en donde, el amor de Dios está garantizado por la presencia del Espíritu Santo en medio de Su pueblo.
- Deudores del amor (13.8), vs. Deudores de la carne (de tus propios deseos).
- Coherederos, conglorificados y con sufrientes con Cristo, vs. Una vida en esclavitud a la ley.
- Esperanza que ve más allá, vs. Vanidad y ansiedad que no borra la angustia presente.
- Dios como Padre al cual acudir vs. Un tiempo presente del cual fugarse.
Si bien el mensaje de Mateo habla de la gran cosecha en el mundo uno puede configurar y aceptar luego leyendo romanos, que la iglesia de Cristo no está lejos de esta realidad del mundo y que también en su interior, persisten rastros de lo bueno y lo malo, del trigo y la cizaña juntos.
Por esto mismo, la adopción que Pablo propone en la carta desde el amor de Dios nos debe volver a ubicar en dinámicas permanentes donde ponemos en juego nuestra integridad como creyentes y nuestra fidelidad a Cristo, más allá y junto con nuestro caminar muchas veces errado. Diríamos de otro modo parafraseando a Lutero que, pecar todos los días no me es excusa para no buscar la gracia de Dios en mi vida y tratar de mejor en santidad ese camino hecho.
La vida en comunidad te llama y te reclama una y otra vez a este ejercicio complejo y al mismo tiempo saludable de compartir tu vida con aquellos donde Cristo se encarna. A convivir en definitiva con gente que no es del todo buena, ni del todo mala.
Ya no tenés deudas por tus propios apetitos y deseos mezquinos. Hay una deuda que proviene de la cruz de Cristo y un sacrificio impagable para el ser humano que se “amortiza” en el día a día con aquellos que más nos necesitan. Caso contrario, ese amor nunca se podría cumplir.
Dicho en términos de nuestra comunidad diríamos que vos estás en deuda de amor y afecto con todos los que te rodean, así como ellos también lo están.
Sos adoptado por el dueño del campo que al mismo tiempo te llama hijo y vos le podés decir Abba (Padre). En manos de Dios dejamos de ser un bien ganancial del mercado. Somos los que aun produciendo a 20 o 30 o 60 de todos modos, somos aceptos en el Reino para seguir trabajando en la obra y por ende en su iglesia.
Dicho en términos comunitarios, no hay miembros más valiosos que otros y todos hacen falta en el trabajo diario.
Quienes viven su fidelidad a Cristo sabrán que sufrirán con él, heredarán con él y padecerán con él pero, a diferencia de lo que se padece a diario, vos sabrás que el Señor te acompaña y te sostiene desde el valor agregado de la fe, que es la comunidad de creyentes.
Y por último tendríamos que decir que la comunidad de fe es el lugar donde los hijos e hijas de Dios sabemos ciertamente que, más allá de nuestras pifiadas en la vida, y no siempre buenas decisiones, la misma es paciente y espera con certeza y convicción que el Espíritu Santo haga su obra en cada uno para el momento de la cosecha. Ese tiempo también lo esperamos con gratitud y trabajo. Amén.
Adoramos
Música: “Fuerzas Él nos da”
Testimonio de gratitud: por Cristina Gualdieri
Anuncios de la vida y misión
Es el momento de presentar nuestras ofrendas. Sabemos que este es un privilegio que el Señor da a los creyentes para colaborar en su obra. En esta época de cuarentena podés hacerlo por transferencia bancaria, los datos de la cuenta los encontrarás en www.almagroconjesus.org, también podés dejar tu sobre en el buzón de la iglesia o si preferís podés contactarte con nosotros al mail mayordomia@almagroconjesus.org para que lo pasemos a retirar por tu casa.
La Mesa del Señor
Nos preparamos para compartir la santa cena. Oremos para que el Señor escuche nuestra confesión y perdone nuestros pecados en la seguridad de que el Reino que él anuncia es más restaurador que condenatorio.
Himno: “Si fui motivo de dolor”
Institución de la Santa Cena: Pastor Leonardo Félix
Canto: “En Memoria de mí”, por Lucía Smith.
Envío y bendición
Por el pastor Leonardo Félix.
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