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25 noviembre, 2018 - 11:00 a 13:00
Organizer
En este mes de la mayordomía, para esta comunidad de Almagro en donde hemos decidido seguir apostando con fuerza a una mayordomía generosa, del amor, el dinero y nuestro tiempo, hoy en este domingo tan particular y plagado por la expectativa creciente de las elecciones nacionales para la presidencia de los próximos cuatro años, mientras en los oídos de muchos resuenan las bombas de atentados y ataques aéreos cruentos en países que nos parecen tan lejanos pero, con realidades tan cercanas, el leccionario dominical nos confronta con esta lectura “pascual” que nos remite a uno de los juicios más famosos en la historia. El juicio al mismo Jesús.
En este caso, y en particular en esta lectura que a Juan le interesa sobre manera en su evangelio relatar, no hay que dejar de lado que esta escena del reinado de Cristo se vuelve centro de su análisis sobre esta verdad encarnada que es el mismo Jesús (texto que podríamos decir va de Juan 18.28 a 19.16ª). Esta sección en sí contiene tres escenas de Pilato dentro del pretorio con Jesús, y tres escenas con Jesús fuera del pretorio y los judíos que piden su condena a la cruz. Claro, está ésta misma como una 7º composición fundamental.
Hay muchos, sino muchísimos puntos en los cuales detenernos versículo por versículo. En particular me gustaría fijar nuestra atención en estos 3 puntos que nos ubican no solo en la historia, sino en el contexto litúrgico particular que vivimos como cristiandad en el paso previo a los domingos de adviento que nos preparan para la navidad. Los puntos de “la verdad” que están en juego en el evangelio y hacen al costo de asumir responsablemente la mayordomía encarada.
Verdad que se muestra (33-34): llegado a este punto de su propio ministerio público, los hechos de Jesús, son un muestreo permanente de sus opciones preferenciales, de sus acciones proféticas y de Su autoridad no solo frente a su mismo pueblo, sino con las autoridades de turno. Primer paso ineludible para asumir una verdad de nuestra existencia como tal, es que la misma debe ser sustentada desde una práctica personal y social que la verifique y de crédito de la misma. En esto, se revela la verdad de nuestra vida, no en lo que decimos, sino en lo que hacemos. Ya que esto último somos.
En este caso, es inexplicable para Pilatos como alguien “acusado” de ser Rey y competir por ende, con el poder del César en territorio ocupado, puede estar tan fácilmente como acusado en su estrado. Cómo siendo Jesús Rey, esta es la primera vez que Pilato toma conocimiento de dicho estado en su mismo territorio.
Un dato importante para entender cuando hablamos con la gente en general sobre nuestra fe es que, las cosas que Dios hace, existen en verdad, sean o no parte de sus vidas, porque son hechos constatables (como la mejoría de la salud, la oración que nos cuida de alguien amado, etc, etc)
Ergo, la primera barrera que el evangelio vence es, justamente, la del poder constituido de este mundo (asumiendo el rol que queramos, económico, político o cultural), que niega elementos que compitan con su misma hegemonía, o que establezcan datos más allá de los parámetros del mundo.
Verdad que está más allá (35-36). Si la postura del evangelio es una verdad a favor de huérfanos, pobres viudas y extranjeros como plataforma primera de acción, o como diría Jon Sobrino: “voz de los sin voz, y voz contra los que tienen demasiada voz” entonces, queda claro que la carta de presentación de Jesús no puede ser otra más que la que expone, porque sus acciones están enmarcadas en un Dios de la Historia que teje y entrelaza nuestras vidas muy estrechamente con él, tomando en cuenta especialmente, las partes más débiles de ese tejido en nuestra sociedad.
Desde este lugar, el evangelio construye también en una nueva dimensión de inclusión y participación social que, lejos de proponer una contiende y lucha de clases sociales, muestra y actúa en función y favor de lo más desvalido de su tiempo, no solo como estrategia de cuidado directo al afectado, sino como modo de sensibilizar el corazón endurecido de aquellos que se sienten ajenos a esa verdad de: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Verdad como testimonio (37-38): Es fundamental entender que Jesús no utiliza esta pobreza estructural de su tiempo y a los pobres como propaganda o demagogia a favor de Dios. Es su testimonio (actuado y dialogado) lo que provoca acciones a favor de…
Por esto mismo, Jesús habla con autoridad, pero sin falsos autoritarismos. Habla con sinceridad, pero sin dogmatismos. No asume en su práctica ser “guardian de la verdad, sino testigo incondicional de la misma”
Conocer esta verdad es ser libres de otras ataduras, de otras “consecuencias” que son impuestas por otros ajenos a tu vida.
Poder asumir esta soberanía de Cristo para cada uno en particular es asumir como propia esta verdad de su venida y su acción en medio nuestro y su juicio, muerte y resurrección como un hecho real que cambió y cambia lo conocido. Para una vida plena, abundante y con nuevo sentido. Con mayor osadía, con valentía y coraje hacia delante.
Comienza un nuevo tiempo, comienza un tiempo de espera a que, lo que se viene, traiga una verdad esperada que habrá que anhelar y querer, para que sea parte de nuestra vida. Amén.
Audio de la prédica
Próximamente
Texto: Evangelio de Juan 18.33-37
Predica: Pastor Leonardo Félix
Iglesia Metodista de Almagro (Buenos Aires).
Domingo 25 de noviembre de 2018 – Mes de la Mayordomía
Orden de culto
Momento de los niños
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