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Buscando fortaleza en la debilidad
24 marzo, 2019 - 11:00 a 13:00
Organizer
Cuando estuve de pastor hace algunos años ya, en las zonas de Chacras del Valle inferior del Chubut, cierto día le pregunté a un chacarero cuántos factores podían influir para que una cosecha dada, no saliese bien, o simplemente no saliese. Por supuesto que me enumero rápidamente más cosas de las que yo podía llegar a imaginarme (el suelo y su calidad, larvas, gusanos y hongos, agua mucha o poca, etc., etc.)
Similar pregunta pero en otra área completamente distinta, se la hice a un hermano de la iglesia dedicado fuertemente a la política y varias veces intendente del lugar donde vivía, esto es, cuántos factores podían influir para que una política social determinada no llegase a buen término. Acá la cantidad de datos que me dio llenan un libro y algunos más (¿uds. podrían mencionar algunos?)
Tiempo de cuaresma, entre otras cosas, es un tiempo para revisar nuestro pacto con el Señor. Si, nuestro pacto, aquellas cosas donde comprometemos nuestras palabras, gestos y actitudes; ¿por qué? Porque básicamente, Dios es un Dios de Pacto, un Señor que pacta con su pueblo.
Uno generalmente vive pensando que lo que a los otros le pasa en la vida o bien, es mejor de lo que a uno le sucede (“el pasto del vecino siempre parece más verde”) o, “si les pasan estas calamidades, por algo será…” (sic). Un dato importante a tener en cuenta en la vida, es que el medio social, político y económico no siempre no es favorable: un Herodes que legitima su poder matando (en este caso a los Galileos, ver Lc. 13.2-5) en medio de un poder indiscutible por parte de la población a la larga, te va a terminar perjudicando (por más que creamos que eso a nosotros no nos va a pasar)[1].
El otro medio no favorable muchas veces lo representa la misma naturaleza: lluvia fuerte, granizo, inundaciones, y todo lo que quieran imaginarse, a veces se conjugan para que las cosas no nos salgan tan bien. Sino fíjense en la pobre Higuera de la parábola a la cual, como dice el mismo texto, le faltaba un tierra mejor cuidada y abonada.
Al medio no favorable, podríamos agregarle un dato más que Lucas también relata: Circunstancias no favorables.
Como veíamos del domingo anterior, un Jesús que manda decirles a otros que le digan a Herodes “Zorra” no puede esperar un horizonte despejado para su vida, ni así tampoco de los fariseos con quienes a esta altura, usó cuánto epíteto encontró.
Una última circunstancia poco favorable es el tiempo. Los tiempos no siempre te juegan a favor, en este caso, la higuera está a destiempo o al menos, necesitaría un “tiempito” más para recuperarse de su falta de frutos.
Este tiempo donde nos preparamos para celebrar la Resurrección de nuestro Señor, exige también un prepararse en la vida. No de cualquier modo, no de cualquier forma: un prepararse a comprender que este Pacto de Dios con nosotros, quedará firmado con la sangre de su propio hijo, y queda constantemente ratificado desde la cruz vacía de la victoria. Es desde este acontecimiento único que las circunstancias y el medio se analiza en nuestra vida y no, desde otros lugares.
Lugares que te generan culpas irresueltas (“esto seguro que me pasa por esto o aquello…”), lugares desde donde culpás y juzgas a otros y otras irremediablemente (“no cabe duda que de otro modo esos no podían terminar”) y muchas frases y actitudes condenatorias que tendremos ciertamente, grabadas en algún lado de nuestra memoria, ¿o me equivoco?
Son esos lugares que en el “marchar a la cruz” de estas semanas tenés que dejar en tu vida. Son esos lugares que tenés que analizar con cuidado para no volverlos a repetir, caso contrario, corremos el riesgo de seguir escondiéndonos en ellos.
El pacto con Dios se entiende desde la Cruz vacía de Cristo, el pacto con Dios se vive cotidianamente, desde las pruebas adversas del medio y las circunstancias que te rodean. El pacto con Dios se vive a través de la fuerza y la seguridad que sólo Cristo puede darte. Volvamos a leer juntos 1º Corintios 10.13 (Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla).
El valor de la fe cobra sentido desde la prueba de la misma. Hay muchas cosas en la vida, y la fe no es una excepción a esto, que solo se conoce cuánto valen, cuándo son realmente usadas.
Nadie busca las pruebas, es cierto, pero también es cierto que nadie busca los dolores de crecimiento, pero son inevitables en nuestra maduración. Tu fe madura ciertamente con las cosas buenas que te van pasando pero, no tengas dudas que tu fe cobra nuevo significado en las cercanías de la cruz (como gesto de dolor, angustia y situaciones límites a las que tendrás que enfrentar).
Que este acercarnos a la Cruz en estas semanas, sea tiempo de crecimiento y fortalecimiento en la fe sabiendo que el Señor cuida de la higuera y da nueva oportunidad para producir frutos. Amén.
[1] Hay que recordar que este texto de Lucas, hace referencia a dos acontecimientos históricos que el pueblo de Israel conoce y sabe bien. Acontecimientos que van desde la matanza impune de miles de Galileos por parte de Herodes, hasta un accidente donde varios mueren involuntariamente.
Audio de la prédica
Próximamente
Texto: Lucas 13.1-9 y 1º Cor.10.13.
Predica: Pastor Leonardo Félix
Iglesia Metodista de Almagro (Buenos Aires).
Domingo 24 de marzo de 2019. 3º de Cuaresma.
Orden de culto
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